Karolus
Magnus
CARLOMAGNO
EL PADRE
DE EUROPA
CARLOMAGNO
Karolus Magnus
Personaje central en la consolidación de la prosperidad del imperio carolingio. Expande los diferentes reinos francos hasta transformarlos en un imperio, al cual incorpora gran parte de Europa occidental y central. Conquista Italia y es coronado Imperatus Augustus. Mediante sus conquistas y sus reformas internas, Carlomagno asienta las bases de lo que acabó siendo la Europa occidental en la edad media.
Combate los sarracenos que amenazaban las posesiones carolingias en la península Ibérica, y pasa a la ofensiva para apoderarse del territorio. Después de una larga campaña consigue someter a los sajones, obligándolos a convertirse al cristianismo y los integra en su reino.
Actualmente Carlomagno es considerado, no solo el fundador de las dinastías francesa y alemana, sino también “el padre de Europa”. Su imperio unifica por vez primera la mayor parte de Europa occidental desde la caída del Imperio romano, y el renacimiento carolingio estableció una identidad europea común.
Es el defensor de la fe ortodoxa y del papa León contra los sediciosos romanos. Viaja a Tierra Santa a petición del emperador Constantino para recuperar la Corona de Espinas y las reliquias de la Pasión de Cristo y, por fin, como miles christi expulsa a los sarracenos de la Península y funda numerosas iglesias dedicadas a la Virgen.
Decretado en la creencia de que Carlomagno había fundado y dotado la catedral de Girona, y la mayor parte de los cenobios de la diócesis, después de derrotar y expulsar a los sarracenos, el documento fundacional dice explícitamente que fue este, y no otro, el motivo principal que impulsó al obispo Arnau de Montrodon y, en paralelo y a su vez, la iglesia de Girona, a instituir la fiesta en honor al emperador, que se conmemoraba cada 29 de enero, y a organizar un solemne y piadoso homenaje perpetuo a partir de elevarlo a los altares.
EL TESORO DE LA CATEDRAL

El padre de Europa
Dice la leyenda que Carlomagno, después de liberar el sur de la Península de los musulmanes con su ejército, haciendo el camino de vuelta decide pararse en Girona y devolverla también a los cristianos. Al conseguirlo, es tratado como un héroe, así que decide fundar la Catedral de Girona. En aquel momento, nace la gran veneración popular al emperador: con la construcción de su torre, su silla, su tapiz, su clave de vuelta y su estatua, entre otros. Muchas son las leyendas que forman parte de la cultura popular, que hablan de la estancia del emperador carolingio en la ciudad, e incluso tiene un día: el 29 de enero. Muchas también son las historias y piezas de gran valor que se han transmitido durante siglos, y algunas han llegado hasta hoy en día.
La Figura de San Carlomagno
Si observas la escultura, seguramente lo primero que verás es que le falta una mano. Pero no siempre ha sido así, Cascalls bien lo esculpió con dos manos. ¿Y qué sucedió? Pues dice la leyenda, que una vez que la escultura viajó a Sevilla, para ser expuesta y admirada, a su vuelta lo hizo sin la mano derecha. A pesar de reclamarla, y buscarla, nunca se ha podido recuperar. Desaparecida, no se tiene ninguna prueba de cómo era, ni de qué llevaba: se dice que seguramente era una bola del mundo (orbe), que representa su poder casi divino, la mano del rey. También se dice que sería una maqueta de la Catedral, puesto que se lo creía popularmente el promotor de esta… Pero nunca lo sabremos, a pesar de notar su presencia. ¿Y dónde debe de estar ahora la mano de Carlomagno?


La torre de Carlomagno
Dice la leyenda, que un día de invierno que nevó fuertemente en Girona, Carlomagno decide subir arriba del todo del campanario de la Catedral de Girona para contemplar el paisaje de la ciudad totalmente recubierta de color blanco. Una vez llega arriba, se apoya en el marco de la ventana, al inclinarse hacia adelante, desde allá, se le cae la espada en medio del claustro—su querida Montjoie—. Carlomagno hace que sus soldados la busquen entre los metros de nieve que lo cubren, pero a pesar de hacerlo sin descanso hay demasiada nieve, y nunca consiguen encontrarla. Se dice también que al caer de punta, y con la fuerza que lleva al haberlo hecho de tan arriba, se hunde en la Tierra continuadamente, viajando hacia su interior, hasta que un día llegará al centro de esta. Cuando esto pase, la Tierra se partirá en dos y será pues, el fin del mundo.
La silla de Carlomagno
La silla es muy ancha, tanto que se pueden sentar tranquilamente dos personas de lado (como un pequeño banco). Dice la leyenda, que esta fue la silla de Carlomagno en la Catedral, su trono, y que como tal tiene un poder de unión muy especial: si se sienta una pareja, la energía que emana hará que se casen antes de un año. Pero por el contrario, si se sienta una persona sola, aunque sea solo una vez, no conseguirá casarse nunca. Por eso, se explica que antiguamente hacían sentarse a los seminaristas, justo antes de ser ordenados curas. De este modo, gracias a la fuerza de la silla, se aseguraban que se mantendrían solteros por siempre jamás, tal como su voto los obliga, y también por este motivo es la silla del obispo.


La clave de bóveda de Carlomagno
En la segunda bóveda de la Catedral, también la segunda con más importancia, hay representado un personaje barbudo y coronado, que se ha relacionado y creído que es, como sería lógico, Dios. Pero si nos fijamos bien, detrás suyo se despliegan una serie de flores de lis, el símbolo heráldico propio de los reyes y emperadores francos, que los simboliza como tales. Contrariamente, no podemos observar ningún símbolo divino, que nos represente a Dios. Por lo tanto, parece que la figura se tendría que describir como el mismo Carlomagno, santificado dentro de la Catedral y en lo alto de la clave de bóveda, desde donde nos observa. Ocupa un espacio predominante, solo superado por importancia por Santa Maria, la patrona de la Catedral de Girona, la cual ocupa la primera bóveda.
Tapiz de la Creación
Dice la leyenda, que el día 25 de febrero del año 1538, Carlos I, el entonces emperador de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, visita Girona. Tal como consta en la crónica que se escribió de su visita, pidió expresamente poder ver el bordado, el entonces conocido como “el trapo de Carlos el Grande de la historia del emperador Constantino”, denominado actualmente el Tapiz de la Creación. Este “Carlos el Grande” es Carlomagno, por lo tanto en aquel momento era el “trapo de Carlomagno”. Pensemos bien. Se da una situación realmente única, puesto que los tres jefes imperiales de épocas diferentes, se encuentran por un instante en el mismo lugar, y por primera vez: Carlos V, contempla el bordado de Carlomagno, donde se representa el emperador Constantino.


El padre de Europa
Nos encontramos en la edad media, en pleno siglo VIII. El dominio islámico de la Península hace que predomine la cultura árabe. Girona no es una excepción. El edificio de culto de entonces, instalado allá donde ahora está la Catedral que conocemos hoy en día, es convertido en mezquita, un espacio principal de culto islámico. Carlomagno, quien será proclamado el emperador de Occidente, decide hacer una incursión con sus tropas en el sur de Europa. Después de feroces batallas, consigue recuperar el territorio y devolverlo a manos cristianas. Durante su vuelta a casa, desvía parte de sus tropas a Girona para conseguir recuperar, también, su centro de culto cristiano.
Figura de San Carlomagno
Esta preciosa figura de alabastro pintada, que la promociona el obispo Arnau de Montrodó, se esculpe para dar culto al emperador Carlomagno como santo. Estaba situada en la capilla de los Cuatro Santos Mártires y fue realizada por Jaume Cascalls en el siglo XIV, quién es considerado el mejor escultor de Cataluña en aquel momento. Se lo muestra como un noble, que pisa unos animales grotescos que significan el mal que se había apoderado de Europa. Cascalls tiene que representar a Carlomagno, pero como no existen las fotografías todavía, utiliza las referencias que tiene más próximas… por lo tanto esculpe a Pedro II el Ceremonioso, a quien sí que conocía personalmente.


La torre de Carlomagno
La Catedral de Girona ha sido construida en varios siglos, y por tanto también con varios estilos. De la catedral románica, quedan ciertos vestigios o recuerdos, como es la Torre de Carlomagno, puesto que al erigir el nuevo templo gótico se decidió mantenerla. A pesar de la ausencia de elementos decorativos, se utilizan piedras diferentes para dar varios tonos de color: como piedra volcánica negra o bloques de construcciones romanas de color amarillo. Se consideraba uno de los lugares más seguros del complejo catedralicio: se dice que en ella se encontraba la cámara con el tesoro, que contaba con solo dos llaves: una para el obispo y otra para un responsable. Algunos arquitectos le dan la función de contrafuerte. Incluso, las marcas observadas en la piedra apuntan que seguramente albergaba los fuelles del antiguo órgano.
La silla de Carlomagno
La “silla de Carlomagno” es un asiento episcopal del siglo XI, hecho de mármol de los Pirineos. Está situado detrás del altar mayor de la Catedral, en un lugar elevado encima de un tramo de escaleras. En su frontal se esculpen formas arquitectónicas y vegetales, y está ornamentada con unos medallones que representan los animales simbólicos de cada evangelista: Marc el león, Mateo el hombre, Lucas el bravo y Joan el águila. Esta escena suele aparecer en los famosos pantocrátores, donde entonces en el centro está Cristo en un trono, pero en este caso en el centro, y entronizado, se encuentra el obispo. La escena generada por la elevación, el trono, los evangelistas y la orfebrería del presbiterio, crean una imagen simbólica de poder y de importancia de su figura.


La clave de bóveda de Carlomagno
La clave de bóveda es la piedra central, y que completa (la que cierra), una bóveda. Cuando se está construyendo el arco, tiene un significado especial: cuando se coloca esta piedra, significa que ya está lista, es decir que se ha acabado la bóveda y ya se sostiene por sí sola. Aguanta enormes tensiones, que provienen de las piedras que lo rodean, estas también son las que la mantienen en su lugar. Pero más allá de la importancia arquitectónica y funcional, en un templo católico se decoran para representar los grandes iconos a quienes se dedica el templo: de esta forma, son uno de los elementos arquitectónicos más importantes por su significado. Es por eso, que es muy habitual encontrar las figuras de más importancia y devoción del culto: cómo son los patrones del templo —la Virgen María, Cristo o Dios—.
El Tapiz de la Creación
Es el bordado del siglo XI, o de comienzos del XII, único en su género. No solo es lo más importante de la Catedral de Girona, sino que constituye la pieza más relevante de todas las de arte textil románico que se conservan. Bordado con lanas de color, sus grandes dimensiones son de 4,5 metros de anchura por 3,58 metros de altura. La riqueza de su contenido temático e iconográfico, presenta una vasta sinfonía sobre la creación del mundo y de la estancia del ser humano en el Paraíso. Una corona cósmica, en la cual los elementos de la naturaleza rodean la figura central de cristo, el creador del cosmos y la Tierra en la fe cristiana, está bendiciendo con un gesto el libro del mundo, abierto en su mano. Su estado de conservación es excepcional, sin contar con la franja inferior, que se ha ido perdiendo con el tiempo y solo queda la punta de una corona, que no se sabe a quién representa.
